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La Gran Asamblea de la Fiesta de los Panes sin Levadura 2010

  • | Corea
  • 日付 | 2010年.3月.30日
El 30 de marzo (el día 15 del primer mes según el calendario sagrado), el día siguiente de la pascua, se celebró la Gran Asamblea de la Fiesta de los Panes sin Levadura para conmemorar sagradamente el gran amor de Cristo que fue sacrificado en la cruz para llevar los pecados de la humanidad.

ⓒ 2010 WATV
La fiesta de los panes sin levadura es una fiesta para conmemorar el sufrimiento que los israelitas atravesaron hasta cruzar el Mar Rojo después de celebrar la pascua y salir de Egipto el siguiente día, en medio de la persecución del ejército egipcio (Lv. 23:6, Éx. 14). Esto fue cumplido proféticamente por Jesús cuando fue capturado por la gran multitud de los sacerdotes y sufrió en la cruz el día siguiente de haber celebrado la pascua. Así como el pueblo del Antiguo Testamento recordaba los sufrimientos de sus ancestros comiendo panes sin levadura y hierbas amargas, nosotros tenemos que participar en los sufrimientos de Cristo ayunando según la Biblia: “Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces en aquellos días ayunarán” (Mr. 2:20, Lc. 23, Dt. 16:3).

La Madre dio gracias al Padre por haberse sacrificado y por haber sufrido dolores extremos solo para salvar a sus hijos. Y oró para que sus hijos cambien hermosamente, pareciéndose al espíritu de amor y sacrificio del Padre, a fin de que se dediquen alegremente a la misión de salvar al mundo.

ⓒ 2010 WATV
El Primer Pastor Joo Cheol Kim pronunció un sermón acerca del sacrificio santo de Dios Elohim, impregnado en la fiesta de los panes sin levadura, y dijo a los miembros: “Inscribamos el amor y la gracia del Padre y de la Madre celestiales en nuestros corazones y vivamos una vida de arrepentimiento con fe y santidad. Es correcto y propio llevar a cabo la obra del evangelio con gratitud como hijos de Dios que han recibido vida por su sacrificio, y esta es la oportunidad de retribuir su gracia”. También les instó a cumplir la misión de los diez talentos para salvar las almas (Is. 53, 1 Ti. 2:2-4).

Los miembros que inscribieron profundamente en sus corazones la gracia del Padre y de la Madre, decidieron arrepentirse y cambiar, y dedicarse a la misión mundial para que la gracia de Dios no sea en vano.