社会貢献

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Esfuerzos de socorro tras el terremoto en México

  • 災難救護
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  • 日付 | 2017年.9月.13日
ⓒ 2017 WATV


El 7 de septiembre de 2017, un terremoto de 8,1 de magnitud sacudió la costa de Chiapas en el sur de México. El gobierno mexicano declaró en emergencia 41 ciudades del estado de Oaxaca y 118 del estado de Chiapas cerca del epicentro. En Oaxaca, la más afectada, 12 000 hogares resultaron damnificados y más de 800 000 personas se quedaron sin hogar. La ansiedad de la gente alcanzó su punto máximo ya que más de 1000 réplicas del sismo continuaron hasta la mañana del 11 de septiembre.

Los miembros de la Iglesia de Dios de la Ciudad de México y de Puebla conocieron a través de los medios de comunicación la terrible situación de las zonas afectadas y decidieron poner en práctica el amor de la Madre: 43 miembros masculinos se ofrecieron como voluntarios para los trabajos de restauración, tomando días libres.

El 13 de septiembre, los miembros partieron hacia Juchitán, Oaxaca, a 10 horas en auto de la Ciudad de México, llevando 1,5 toneladas de artículos de socorro como arroz, sal y agua. Al escuchar la noticia de que los miembros de la iglesia se tomaban un tiempo libre para los esfuerzos de ayuda, sus colegas y amigos donaron suministros de ayuda.

Guiados por los funcionarios de la ciudad, los voluntarios de la iglesia se trasladaron al área donde más se necesitaba una mano de ayuda. La pequeña plaza llena de escombros de edificios mostró lo horrible que fue el terremoto de ese día. El día 14, los miembros entregaron por primera vez artículos de necesidad básica junto con palabras de consuelo a 150 hogares que sufrieron el terremoto.

Los vecinos agradecieron a los voluntarios por recorrer la distancia, les dieron un abrazo y derramaron lágrimas en sus brazos. Los voluntarios de la iglesia comenzaron el trabajo de restauración con guantes protectores y máscaras. Ayudaron a mover los escombros del edificio a la calle principal con palas para facilitar el trabajo del equipo pesado.

ⓒ 2017 WATV

Gloria Sánchez López, alcaldesa de Juchitán, expresó su agradecimiento a los miembros por ayudar a la ciudad de Juchitán que sufría un daño significativo, y los elogió por sus esfuerzos por “poner en práctica las enseñanzas del amor de Dios”.

“El servicio voluntario de la Iglesia de Dios es un gran consuelo para quienes han perdido a sus preciadas familias y su sustento”, señaló Pamela Pineda, funcionaria de la energía eléctrica en Juchitán. A Julissa Carrasco Sánchez, funcionaria de la Secretaría de Salud, le asombró especialmente el hecho de que los jóvenes se ofrecieran como voluntarios para las actividades de restauración, considerando el dolor de los demás como propio.

El día 19, se produjo otro terremoto de 7,1 de magnitud en México, que ya había sufrido graves daños estructurales en los alrededores de la Ciudad de México, y las oficinas gubernamentales y las escuelas afectadas por el terremoto fueron cerradas temporalmente. Como no cesaban las réplicas, los miembros de la iglesia local oraron por la seguridad de los mexicanos, brindando apoyo personal a sus familiares y vecinos necesitados.